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Aguas de Lorca pone el foco en el impacto económico y ambiental que supone arrojar residuos como las toallitas al inodoro

En lo que va de año, en la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de La Hoya se han retirado unas 70 toneladas de residuos en el pretratamiento compuestos principalmente por toallitas. Durante el pasado año, se retiraron unas 130 toneladas de residuos. Una cifra que crece año tras año, ya que en 2022 de las rejas y tamices de la EDAR se extrajeron 88 toneladas. Con respecto a 2021 el caudal de entrada aumentó casi un 12 por ciento.
En Lorca cada día se recogen 211 kilos, que tienen un impacto anual económico de 4.800 euros por la retirada de estos residuos. Una cantidad a la que hay que sumar los costes por averías y rotura de maquinaria como consecuencia de los tapones que se originan en la red de alcantarillado y en la estación depuradora.
El vertido de estos residuos genera importantes problemas en las depuradoras y en la operativa de Aguas de Lorca. “Al desechar las toallitas por el inodoro son arrastradas por las redes de saneamiento y llegan prácticamente intactas a las depuradoras teniendo que ser retiradas diariamente los kilos de este residuo por medio de rejas y tamices. Desafortunadamente parte de estas toallitas se pueden escapar de las rejas llegando a determinados equipos como las bombas provocando importantes atascos en ellas, lo que implica horas extras de trabajo de los operarios, paradas de equipos y un coste extra para la retirada de estos residuos”, explica el gerente de la empresa mixta, Antonio Franco.
A parte de los problemas que provocan en las depuradoras por su entrada masiva, también están los problemas de atascos que estás provocan en la red de saneamiento, sobre todo en los tramos con poca pendiente que obliga a invertir en equipos o en
medidas preventivas de mantenimiento para evitar estos problemas.

Impacto medioambiental

Además del impacto económico, la empresa mixta destaca el impacto ambiental. Las toallitas húmedas no están hechas de papel, sino de un entramado textil compuesto de poliéster y algodón, con fibras de celulosa, humedecidas con materiales limpiadores como la glicerina. Eso implica que son más parecidas al plástico y a los textiles que al papel. Así que no son igual de biodegradables como el papel y tardan cerca de 600 años en desaparecer si llegan al entorno natural.
De las toallitas húmedas sólo se disgrega el 36% después de dos días en el agua. Esta lenta desintegración (por el exceso de fibras sintéticas, conservantes, hidratantes...) es la que provoca graves daños en el proceso de tratamiento y depuración de las aguas residuales. En cambio, el papel higiénico se desintegra casi por completo (el 95%) en apenas media hora desde que entra en contacto con el agua.
“Cuando estos residuos superan las barreras de las depuradoras de aguas residuales y llegan a los ríos, provocando graves daños al medioambiente.

La importancia de la concienciación

Aguas de Lorca realiza campañas de concienciación con el objetivo de que la población conozca que desechar residuos por el inodoro, como colillas, aceite, productos para el cuidado personal (toallitas higiénicas, pañales de bebés, bastoncillos de algodón, discos desmaquillantes, tampones, etc.), así como medicamentos, es un mal hábito con una costosa factura económica y medioambiental.